El acuerdo entre el Partido Socialista de Navarra (PSN) y EH Bildu para la alcaldía de Pamplona ha generado una fuerte controversia en la derecha política y mediática. Se acusa al PSOE de entregar Pamplona a los herederos de ETA y de hacer un ‘Ongi Etorri’ a los terroristas.
Según las críticas, el PSOE ha dado un cheque en blanco al brazo político de ETA y ha negociado con miembros de la organización terrorista el futuro de Navarra. Incluso se llega a afirmar que ETA gobernará Pamplona.
Además, han surgido rumores sobre la liberación inminente de presos de ETA como pago por la investidura, sugiriendo que los terroristas podrían entrar en amnistías junto con independentistas catalanes.
Estos hechos han llevado a criticar el mayororejismo de la derecha española, acusándola de seguir dando cancha a ETA. Se menciona la teoría del entorno y su aplicación durante la época activa de ETA como argumento para afirmar que EH Bildu sigue siendo considerada heredera de la organización, a pesar de su alejamiento del terrorismo.
No solo se vincula a EH Bildu con ETA, sino que también se señala a Podemos y al independentismo catalán como parte del entorno de la organización terrorista.
Esta situación ha llevado a insinuar que ahora el PSOE también forma parte de ese entorno al pactar con EH Bildu. Se concluye afirmando que el PSOE pacta con los herederos de ETA y que, por tanto, es ETA.
Este acuerdo ha generado un gran debate en la sociedad navarra, polarizando a la opinión pública y avivando las tensiones políticas en la región. Las críticas de la derecha política y mediática, así como los rumores difundidos, han contribuido a aumentar la desconfianza y la división entre los diferentes sectores de la sociedad.
El futuro de Pamplona y de Navarra se presenta incierto, con una alcaldía que estará en manos de un partido cuestionado por su cercanía a ETA y con una confrontación política que parece lejos de resolverse.
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