Mujer de 95 años, madre de la última mujer estadounidense retenida por Hamas, espera con angustia
En un emocionante relato de angustia y esperanza, la madre de Judi Weinstein Haggai, una mujer de 95 años, ha expresado su insoportable espera por la liberación de su hija, quien se encuentra secuestrada por Hamas en Gaza.
La familia de Judi, junto con su esposo Gad Haggai, ha estado suplicando y rezando fervorosamente por la liberación de sus seres queridos. Tristemente, Gad, un israelí-estadounidense de 73 años, falleció mientras estaba en cautiverio, pero la esperanza de la liberación de Judi aún persiste.
La hermana de Judi, Andrea Weinstein, sostiene la esperanza de que su querida hermana sea liberada y reciba la atención médica que tanto necesita para poder regresar a la seguridad de su hogar. Judi, con 70 años de edad y ciudadanía israelí, estadounidense y canadiense, es la última mujer estadounidense conocida por estar en cautiverio en Gaza, junto con otros seis hombres estadounidenses.
A pesar de las expectativas iniciales de que Judi sería liberada en un acuerdo de intercambio de prisioneros el mes pasado, lamentablemente esto no sucedió. Hamas se niega a discutir cualquier intercambio hasta que Israel detenga su operación militar en Gaza.
Aunque los funcionarios estadounidenses creen que hay una posibilidad de lograr la liberación de más rehenes, la familia de Judi solo puede aferrarse a la esperanza y esperar por buenas noticias.
Los seres queridos de Judi están destrozados ante esta difícil situación y consideran indignante que alguien pueda hacerle daño a personas tan pacíficas, amorosas y generosas como ella y su esposo.
La madre de Judi, con sus 95 años de edad, expresa su preocupación y angustia, asegurando que es insoportable vivir sin saber si su hija está viva y siendo retenida como rehén.
La situación de Judi y los otros rehenes estadounidenses en Gaza es desgarradora. Es fundamental que se encuentre una solución pacífica y que se trabaje para asegurar la liberación de estas personas inocentes que, en palabras de sus seres queridos, son la personificación de la paz, el amor y la generosidad.
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