Rusia ha desatado una nueva ola de polémica en Ucrania al llevar a cabo ataques con misiles utilizando el nuevo proyectil Kh-69. Este misil, destinado a alcanzar objetivos blindados, cuenta con un alcance de aproximadamente 300 kilómetros y la capacidad de programar uno o más objetivos antes del vuelo.
El Kh-69, con un peso de alrededor de 700 kilos y una velocidad operativa de 1.000 km/h, se ha disparado desde el caza ruso de quinta generación Su-57 y puede ser transportado por otros aviones rusos con actualizaciones electrónicas específicas. Se desconoce su grado exacto de baja observabilidad, pero se cree que tiene una firma de radar reducida.
Considerado más letal que otras municiones tácticas utilizadas por Rusia en Ucrania, el Kh-69 ofrece un alcance y capacidad de supervivencia mayores, aunque también tiene un precio más elevado. Su capacidad destructiva se sitúa entre armas de gama baja y sistemas más avanzados como el misil de crucero Kh-101.
Este misil se utiliza para atacar objetivos protegidos en Ucrania, debido a los sistemas de defensa aérea avanzados proporcionados por Occidente. Su navegación se basa en un sistema inercial con datos de satélites GLONASS y GPS, y cuenta con detectores de altitud y velocidad, así como un sistema de guiado optoelectrónico para mejorar la precisión.
Reelaborado en 2015 con un cuerpo cuadrado y alas desplegables, el Kh-69 mantiene inalterado su sistema de guía desde su versión anterior. Sin duda, este nuevo misil ha generado controversia y preocupación en la región, añadiendo un nuevo capítulo en el conflicto entre Rusia y Ucrania.