Cuando reunimos a perros y gatos, frecuentemente imaginamos la escena perfecta en la que juegan y se abrazan. Pero el mundo real a veces funciona de manera muy diferente. A pesar de ser mascotas muy comunes, los gatos y los perros no siempre son compatibles. Conocer la ciencia que subyace a sus interacciones puede ayudar a explicar por qué estas queridas mascotas no siempre se llevan bien.
Hablando de cuidado de mascotas, es posible que se pregunte si los perros pueden consumir sepias si le preocupa la seguridad de determinados alimentos para sus compañeros animales. Debido a su alto contenido de calcio, el hueso de sepia se suele dar a las aves, aunque no se recomienda para los perros. Pero puede leer este útil artículo para obtener más información sobre los requisitos dietéticos de los perros y si pueden o no comer sepia: can dogs eat cuttlebone Como se indica en el artículo “¿Pueden los perros comer sepia?” y “¿Cuánto calcio hay en una sepia?”
Discrepancias en la Evolución
El trasfondo evolutivo de perros y gatos es un elemento que puede tener un impacto en su interacción. Debido a su ascendencia de cazadores solitarios como el gato montés africano, los gatos son cazadores solitarios por naturaleza. En ellos han persistido numerosos rasgos solitarios, entre ellos la territorialidad y un fuerte sentido de independencia. Los perros, en cambio, pertenecen a una manada y tienen una jerarquía social. Son domesticados a partir de lobos, que son criaturas gregarias que dependen de la armonía grupal.
Reunir perros y gatos en la misma casa puede causar problemas debido a esta diferencia básica en las estructuras sociales. Mientras que los gatos pueden considerar a los perros como intrusos que infringen su territorio, los perros pueden ver a los gatos como posibles miembros de la manada e intentar establecer control. Las dos especies pueden volverse tensas o agresivas como resultado de estos impulsos competitivos.
Socializar es importante
La socialización es otro componente importante que determina cómo interactúan los perros y los gatos. Durante su crecimiento inicial, tanto los gatos como los perros pasan por fases cruciales de socialización en las que aprenden a interactuar tanto con otros animales como con miembros de su propia especie. Los gatos y los perros pueden aprender a aceptar la compañía de los demás e incluso desarrollar amistades con una socialización adecuada.
Pero durante este momento crucial, si los gatos y los perros no se socializan adecuadamente, pueden ser más propensos a verse unos a otros como amenazas. Como resultado, pueden volverse temerosos, agresivos o adoptar conductas de evitación, lo que les dificulta vivir en armonía. Estos problemas también pueden empeorar por interacciones desagradables con otros animales, como ser acorralado o perseguido.
Entorno influyente
La relación entre perros y gatos también puede verse afectada significativamente por environmental circumstances Por ejemplo, la escasez de comida, agua o espacio puede causar rivalidad y conflicto entre animales. De manera análoga, las alteraciones en el horario o la dinámica del hogar, como traer una nueva mascota o un bebé, pueden alterar la jerarquía establecida y provocar estrés tanto en gatos como en perros.
Dificultades en la comunicación
Los perros y los gatos se comunican de manera diferente, lo que en ocasiones puede resultar en faltas de comunicación y confrontaciones. Los perros emplean vocalizaciones y posturas corporales para expresar sus emociones, mientras que los gatos dependen principalmente del olor y el lenguaje corporal. Debido a estas diferencias en los estilos de comunicación, puede resultar difícil para perros y gatos comprender las intenciones de los demás, lo que podría provocar malentendidos y confrontaciones.
Resultado
En conclusión, una variedad de factores evolutivos, sociales y ambientales afectan la conexión entre perros y gatos. Ciertos gatos y perros pueden desarrollar relaciones sólidas y llevar una vida feliz juntos, pero a otros les puede resultar difícil llevarse bien debido a diferencias innatas de comportamiento y socialización. Al conocer la base científica de la animosidad entre perros y gatos, los dueños de mascotas pueden implementar medidas para fomentar la paz y disminuir las disputas entre sus amigos animales.
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