MADRID (Reuters) – Tanto el gobierno como la oposición española se culparon mutuamente el lunes después de que multitudes de jóvenes enmascarados tomaron las calles de Madrid y Barcelona cuando el estado de emergencia impuesto para frenar el brote expiró a fines de la semana.
El estado de emergencia se impuso en octubre pasado en medio de una alarmante segunda ola de infecciones, lo que permitió la suspensión temporal de algunas libertades civiles, incluido un toque de queda en todo el país y prohibiciones de viaje locales.
Su expiración, en parte porque un gobierno minoritario encabezado por el primer ministro socialista, Pedro Sánchez, tendría dificultades para obtener una mayoría en el Parlamento para prolongarlo, estimuló las celebraciones y la preocupación de que tal comportamiento podría conducir a otro aumento en los casos.
Multitudes de varios cientos violaron las reglas del distanciamiento social y el uso de máscaras en lugares públicos, y en algunos casos la policía se movió para dispersarlos y multar a algunos individuos.
“La irresponsabilidad absoluta del gobierno de Sánchez cuesta vidas”, dijo Pablo Casado, líder del conservador Partido Popular, y agregó que la oposición quiere una nueva ley que permita a las regiones mantener restricciones.
Por su parte, el Gobierno ha culpado a la oposición, incluida la líder conservadora de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que acaba de ganar la reelección gracias a un planteamiento relativamente cómodo de las restricciones al coronavirus.
“Cuando pasas meses, meses y meses implantando una falsa libertad entre los ciudadanos … esto es lo que obtienes”, dijo a Radio Cadena Ser una destacada funcionaria del gobierno, Mercedes González, en referencia a las fiestas desenmascaradas en las calles de Madrid.
Ahora que ha finalizado el estado de emergencia, cada una de las diecisiete regiones de España debe solicitar individualmente a los tribunales que acuerden las restricciones que consideren necesarias en su territorio.
El gobierno dijo que las regiones tienen la opción de solicitar un estado de emergencia a nivel local si es necesario.
“… nadie abdica de responsabilidades ni abdica de gobiernos regionales”, dijo el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, en un artículo de opinión en El País, en respuesta a las críticas, señalando que el estado de emergencia a nivel nacional ya no era necesario.
El jefe de emergencias de salud, Fernando Simón, expresó su preocupación de que tales celebraciones puedan hacer retroceder al país después de más de un año de lucha contra la enfermedad.
“Espero que todo lo que hemos visto en los últimos días no se traduzca en un nuevo y gran aumento en la ocupación (del hospital)”, dijo Simon en una conferencia de prensa.
España ha informado de casi 79.000 muertes por COVID-19 y más de 3,5 millones de casos desde el inicio de la pandemia. Pero el número de casos por cada 100.000 habitantes en 14 días ha disminuido a 199, desde 523 a mediados de enero.
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“De camino al hospital me encontré con varios grupos de personas sin mascarilla, pero con un vaso en la mano. Llegué a la unidad de cuidados intensivos y no hay camas libres”, dijo en Twitter el enfermero Raphael Fernández Castillo.
(Cubierta de Inti Landuro, Emma Pinedo y Cristina Galán en Madrid; co-reportaje de Isla Benny en Madrid; escritura de Ingrid Melander; Edición de Mike Colette White y Matthew Lewis)
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