BERLÍN: Alemania adoptó el jueves (13 de julio) una estrategia más dura hacia una China “más asertiva”, su mayor socio comercial, en una medida que Beijing advirtió que podría “perjudicar la cooperación y la confianza mutua”.
Buscando equilibrar los intereses contrapuestos de la economía más grande de la UE, el documento reformó la actitud de Alemania hacia China como un “socio sistémico, rival y rival”.
“Queremos reducir las dependencias críticas en el futuro”, dijo el canciller Olaf Scholz en Twitter, diciendo que Berlín había “respondido a China, que cambió y se volvió más asertiva”.
La ministra de Relaciones Exteriores, Analina Berbock, dijo que el gráfico de 64 páginas, que según el gobierno era parte integral del enfoque de la UE hacia China, mostraba que Berlín era “pragmática pero no ingenua”.
El documento, que abarca tanto la política de seguridad como la cooperación económica y científica, es producto de meses de debate dentro del gobierno alemán sobre su estrategia hacia China.
Mientras que Berbock de los Verdes presionó por un enfoque más agresivo y un mayor énfasis en los derechos humanos, Schulz, un socialdemócrata, respaldó una posición más favorable a las empresas que él llama “eliminación de riesgos pero no desvinculación”.
La Política de la Nueva China representa un delicado equilibrio entre las dos dentro de la coalición gobernante, y es producto de lo que Berbock llamó “encontrar compromisos… el alma de las democracias”.
Pero se encontró con una fuerte reacción de Beijing, que dijo que “ver a China como un ‘competidor y competidor sistemático’ no está en línea con los hechos objetivos ni con los intereses comunes de los dos países”.
Una declaración de la embajada en Berlín advirtió que “la visión ideológica de China… solo intensificará los malentendidos y los errores de cálculo, y dañará la cooperación y la confianza mutua”.
El diario alemán señaló que “mientras que la dependencia de China de Europa está en constante declive, la dependencia de Alemania de China ha cobrado mayor importancia en los últimos años”.
El gobierno dijo que no tenía intención de “obstruir el progreso y desarrollo económico de China”.
“Al mismo tiempo, se necesita con urgencia reducir los riesgos”, dijo.
Berlín “observa con preocupación cómo China busca influir en el sistema internacional de acuerdo con los intereses del sistema de partido único y, por lo tanto, relativizar los fundamentos del orden internacional basado en reglas, como el estado de los derechos humanos”.
Sin embargo, Alemania también destacó el potencial de una mayor cooperación y señaló, por ejemplo, que “no sería posible superar la crisis climática sin China”.
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