En España, las enfermedades cardiovasculares están cobrando la vida de una cantidad alarmante de mujeres. Según las estadísticas, más de la mitad de las 120,000 personas que fallecen cada año por estas enfermedades son mujeres. Esta preocupante tendencia también se refleja a nivel mundial, donde las enfermedades cardiovasculares se cobran la vida de 18 millones de personas al año, de las cuales 4 millones son europeas.
En España, la situación es especialmente grave, ya que cada cuatro minutos se produce una muerte por enfermedad cardiovascular. De hecho, en el año 2022, el 26% de las defunciones en el país fueron a causa de enfermedades del sistema circulatorio, convirtiéndolas en la principal causa de muerte.
No solo tienen un impacto mortal, sino que estas enfermedades también generan más de medio millón de ingresos hospitalarios al año, suponiendo un coste de 13,500 millones de euros para el sistema de salud. Es evidente que algo debe hacerse para prevenir y combatir esta epidemia.
La prevención juega un papel fundamental, ya que podría evitar hasta un 80% de las muertes por enfermedad cardiovascular. Sin embargo, existe una serie de desafíos que dificultan el camino hacia una mejor salud cardiovascular. Entre ellos se encuentran la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta, el colesterol, la soledad y la salud emocional.
Además, las mujeres no son conscientes de la necesidad de cuidarse más después de la menopausia, lo que las deja especialmente vulnerables a las enfermedades cardiovasculares. Otro factor que afecta negativamente a la salud cardiovascular es la contaminación del aire, por lo que reducir este problema tendría un beneficio enorme para la población en general.
Es fundamental adoptar un estilo de vida saludable que incluya la práctica regular de deporte, la evitación del alcohol y el tabaco, y llevar una dieta equilibrada. También es crucial detectar a tiempo los factores de riesgo y abordarlos de forma adecuada.
Es especialmente preocupante que los pacientes con diabetes tengan más probabilidades de desarrollar complicaciones cardiovasculares y de tener una mortalidad prematura que en muchos casos podría evitarse.
Además, se ha descubierto que una mala salud oral multiplica el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un derrame cerebral. Esto pone de manifiesto la importancia de cuidar tanto nuestra salud dental como cardiovascular.
En conclusión, las enfermedades cardiovasculares representan una amenaza urgente para la salud de las mujeres en España y a nivel mundial. Es necesario tomar medidas preventivas y concienciar a la población sobre la importancia de cuidar nuestra salud cardiovascular, adoptando hábitos de vida saludables y detectando y tratando a tiempo los factores de riesgo.
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