Unas 100 personas dentro de un centro comercial en la ciudad de Tagum, en la provincia vecina de Davao del Norte, resultaron heridas por la caída de vasos y platos mientras huían del edificio, dijo Jay Swaipaggio, oficial de información pública del condado.
“Estaba en el tercer piso comprando material de oficina cuando de repente se produjo el terremoto”, dijo Sowaibagyo a la AFP.
“Cuando llegamos al primer piso, vimos botellas rotas de vino y especias. Las luces estaban apagadas pero las luces de emergencia estaban encendidas, lo que nos ayudó a encontrar el camino”.
Las imágenes publicadas en la página de Facebook de la agencia de desastres de Davao del Norte mostraron que secciones del techo se derrumbaron dentro del centro comercial Tagum, lo que se atribuyó a un “terremoto en serie”.
El gobierno de Davao del Norte suspendió el trabajo y la escuela el martes y el miércoles para permitir inspecciones de edificios públicos e infraestructura.
El primer sismo duró unos 30 segundos y fue seguido por réplicas, dijo la cabo Stephanie Clement, oficial de policía en Tagum, a unos 40 kilómetros de Maragusan.
“Inmediatamente nos metimos debajo de nuestros escritorios y cuando la tierra dejó de temblar, salimos directamente”, dijo Clement a la AFP.
“Todavía estamos afuera porque nos acaba de golpear una réplica moderada”.
Kleimen dijo que si bien el terremoto no pareció haber destruido nada, fue lo suficientemente fuerte como para “crear miedo”.
Los terremotos ocurren a diario en Filipinas, que se encuentra a lo largo del “Anillo de Fuego” del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica y volcánica que se extiende desde Japón a través del sudeste asiático y la cuenca del Pacífico.
La mayoría de los terremotos son demasiado débiles para que los humanos los sientan, pero los terremotos fuertes y destructivos ocurren al azar sin tecnología disponible para predecir cuándo y dónde ocurrirán.
La oficina de defensa civil del país lleva a cabo regularmente ejercicios de simulación de terremotos a lo largo de las fallas activas.
El último gran terremoto ocurrió en el norte de Filipinas en octubre.
El terremoto de magnitud 6,4 sacudió el pueblo de montaña de Dolores en el condado de Apra, hiriendo a varias personas, dañando edificios y cortando la energía en la mayor parte del área.
Un terremoto de magnitud 7,0 en la región montañosa de Abra en julio pasado provocó deslizamientos de tierra y fisuras, matando a 11 personas e hiriendo a varios cientos.
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