Barcelona – ¿España sigue siendo una democracia liberal, dada la forma en que el país trata a los oponentes políticos? Esta vez la pregunta la hizo el economista italiano Michel Boldrin. Comparte las preocupaciones de un ejército de premios Nobel de economía, 33 de ellos, incluidos Paul Krugman, Angus Deaton y Joseph Stiglitz, que han expresado su apoyo a su compatriota catalán Andrew Mas Colleli en una carta abierta. El Tribunal de Cuentas español amenaza con corromperlo a él y a otros 40 ex miembros del gobierno catalán exigiendo millones
De 2010 a 2016, Mas Colel ocupó el cargo de Consejero de Economía Regional. Aquí radica el problema, porque en diciembre de 2017, el Tribunal de Cuentas inició una investigación sobre la política exterior catalana desde 2011. Cualquier gasto del gobierno regional podría estar vinculado de una forma u otra al fortalecimiento de la aspiración catalana de independencia en el exterior. lupa.
No está permitido decir al otro lado de la frontera que apoyas la creación de tu propio Estado, o celebrar un referéndum sobre este tema, las tres cuartas partes de los catalanes lo quieren. Al menos no si el viaje se pagó con dinero del gobierno. En un primer informe, el Tribunal de Cuentas vio “irregularidades” de 416 millones de euros.
Ejemplo. En junio de 2014, el presidente regional Artur Maas inauguró una planta de plasma para la multinacional catalana Grifols en Estados Unidos. Los periodistas preguntaron de inmediato sobre los planes para el referéndum y la resistencia española en su contra. “Si nos niegan el derecho al voto, estamos contraatacando”, dijo Maas. “Un choque de civilizaciones, donde todos tenemos que expresarnos con respeto”. Conclusión judicial: se falsean los gastos del viaje de Mas y el viaje de toda la delegación comercial catalana a Estados Unidos. “Esto es una locura”, dice uno de los afectados. “Es un asalto a la libertad de expresión”.
El monto de la demanda contra los 41 sospechosos se dará a conocer esta semana. Sin juicio, porque la Oficina de Auditoría no es un tribunal. Serán escuchados primero. Por ejemplo, Andreu Mas-Colell y otros pueden intentar defenderse de dieciocho mil páginas de documentos que no aclaran quién es el imputado. Si no pueden pagar el depósito, según los informantes, de cinco a 25 millones de euros, sus activos e ingresos serán confiscados de inmediato. Una apelación puede tardar cinco o seis años. Hasta entonces, el abismo financiero amenaza.
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