RIAD (AFP) – Las autoridades de Arabia Saudita están investigando el domingo (9 de enero) después de una actuación de samba de bailarines considerados por algunos como vestidos demasiado pequeños para el reino conservador que diversifica sus opciones de entretenimiento.
Durante la semana pasada, videos en las redes sociales mostraron a tres bailarines de samba extranjeros mostrando sus movimientos en una calle principal de Jizan, al suroeste del país.
Las mujeres, que participaban en el Festival de Invierno de Jizán, vestían plumas de colores que simbolizaban las tradiciones brasileñas mientras dejaban al descubierto sus piernas, brazos y estómagos.
Pero no mostraron tanto cuerpo como los bailarines de samba durante los desfiles anuales de carnaval en Río de Janeiro.
El canal estatal Al-Ekhbariya transmitió imágenes del festival pero incluyó imágenes de las mujeres.
“Los espectáculos son para el entretenimiento, no para atacar las formas benignas y contrarias a la religión y la moral social”, dijo al canal Muhammad al-Bajwi, residente de Jizan.
En las redes sociales, muchos otros expresaron su enojo y exigieron que se castigue a los responsables del hecho.
Un usuario de Twitter, Ahmed Al-Sanea, dijo que no consideraba que el código de vestimenta de los bailarines fuera excesivamente modesto.
En Arabia Saudita, la mayoría de las mujeres locales todavía usan túnicas tradicionales similares a las abayas en público.
Y frente a la reacción conservadora conservadora, el príncipe Muhammad bin Nasser, gobernador de Jizán, ordenó en la madrugada del sábado la apertura de una investigación y “las medidas necesarias para prevenir todas las violaciones”. No entró en detalles.
Durante los últimos cinco años, Arabia Saudita, donde dos tercios de la población tiene menos de 30 años, ha estado ofreciendo una amplia gama de entretenimiento y eventos deportivos, desde conciertos hasta cine y carreras de autos de Fórmula Uno.
La medida, a pesar de la resistencia de los conservadores de línea dura, es parte de una amplia iniciativa del gobernante de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, para la reforma social y la diversificación económica de la economía dependiente del petróleo, que alberga los lugares más sagrados del Islam y abraza el wahabismo, una forma estricta de la religion.
En abril de 2020, las autoridades del reino dijeron que habían ejecutado a un hombre yemení condenado por atacar con un cuchillo a una compañía de teatro española durante una actuación en vivo en Riad.
Los críticos y los grupos de derechos han dicho que el reino está utilizando los principales eventos deportivos y de entretenimiento para encubrir su pobre historial de derechos humanos, incluido el asesinato y desmembramiento del periodista Jamal Khashoggi en 2018.
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