Jenni Hermoso, jugadora de la selección española de fútbol, ha revelado recientemente que el beso que le dio el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, no fue consentido y se sintió irrespetada como persona y futbolista. Según su relato, Rubiales le dio un brinco y le comentó que gracias a ella habían ganado el Mundial, lo cual la sorprendió y consideró inapropiado.
Después del incidente, Hermoso compartió lo sucedido con sus compañeras Alexia Putellas e Irene Paredes. La jugadora afirmó que en ese momento histórico no se sintió respetada ni como jugadora ni como persona, y reprochó el comportamiento de Rubiales. Además, en el vestuario después de la final, no se sintió cómoda con las bromas de sus compañeras y decidió no empañar la celebración del título mundial.
La directora de Fútbol Femenino de la RFEF le informó a Hermoso que el presidente la necesitaba y Rubiales intentó explicarle nuevamente la acción. Sorpresivamente, Rubiales anunció un viaje pagado a Ibiza y se mostró nervioso en presencia de Hermoso. En el autobús, el equipo de Rubiales hizo que Hermoso se bajara y le mostraron un comunicado para frenar la polémica del beso. La jugadora se sintió coaccionada para firmar el comunicado, el cual no incluía sus propias palabras.
Rubiales intentó hablar con Hermoso en el avión y le pidió que lo ayudara a frenar la controversia generada por el beso. Sin embargo, la jugadora se sintió incómoda y mencionó que el ex presidente de la RFEF le dijo que tenía que hacerlo por sus hijas, quienes estaban llorando. Incluso, Hermoso fue coaccionada nuevamente por su superior y el entonces seleccionador Jorge Vilda intentó contactar a su familia para convencerla de minimizar el incidente del beso.
Las declaraciones de Hermoso han generado gran revuelo en el mundo del fútbol español, ya que denuncian un comportamiento irrespetuoso y coercitivo por parte de altos cargos de la RFEF. La historia de la jugadora se suma a otras denuncias de acoso y discriminación que han salido a la luz en el fútbol femenino en los últimos años, lo que pone en evidencia la necesidad de cambios profundos en la estructura y cultura del deporte. La valentía de Hermoso al compartir su experiencia puede servir como un llamado de atención para la erradicación de este tipo de conductas en el fútbol y en el ámbito deportivo en general.
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