Desde el malecón en la desembocadura de la bahía, observé un equipo de remeros, alineados en entrenadora (un barco deportivo aerodinámico que alguna vez se usó para capturar peces y ballenas), se extiende desde el puerto hasta el resplandeciente mar Cantábrico, pasando perezosamente motos de agua y yates de vela en el puerto. Las familias chapotean en las piscinas naturales de marea, refrescándose del calor del mediodía. Pero si bien el océano sigue siendo una fuente de placer e ingresos para los residentes locales, ahora tiene un nuevo propósito: ser una fuente masiva de energía.
En 2011, la ciudad instaló Central eléctrica de Motriko Amwaj, la primera central undimotriz comercial de Europa. Aprovechando el poder de las olas, las 16 turbinas de la planta generan hasta 296 kilovatios de electricidad, suficiente para alimentar unos 250 hogares y reducir 600 toneladas de emisiones de carbono cada año. En 2020, la fábrica gran logroproduciendo 2 gigavatios de electricidad acumulada, lo que es un récord para cualquier estación de olas y un ejemplo del papel que la energía marina puede jugar en la transición global hacia la energía limpia.
Estuve en Motrico para aprender más sobre este último capítulo de la larga y floreciente historia de los vascos con el océano. Mientras caminaba por la ciudad, fue MC EscherComo un laberinto de escaleras de piedra y calles estrechas y empedradas, los recuerdos del distinguido pasado marítimo de la ciudad se encuentran dispersos, muchos de los cuales están abiertos al público.
En una esquina había una mansión barroca del siglo XVIII construida por José Montaliveh y Furgado, un famoso capitán naval y arquitecto. En la plaza del pueblo se alzaba una estatua de Cosme Damián Churruca y Elorza, el almirante de la flota española que murió combatiendo en la Batalla de Trafalgar. (Cuadro que representa su muerte se exhibe en Madrid Museo del Prado). Escondido a lo largo de una calle residencial, paso la fachada de piedra de Palacio de Arrietakua, fue el hogar del constructor naval Antonio de Gaztinetta, cuyos diseños revolucionaron la flota española. Por una calle empinada que conduce al mar, se llega a los arcos góticos de la Antigua LungaUn antiguo mercado de pescado se encuentra en el borde del puerto tal como lo hizo en el siglo XV.
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