El colapso del puente Francis Scott Key en el puerto de Baltimore ha causado graves consecuencias económicas debido a la suspensión del tráfico de navíos. Esta ruta es crucial para el transporte de mercancías hacia el medio oeste de EE.UU. y el envío de automóviles, lo que ha generado problemas logísticos en gran parte del país.
Las embarcaciones se han visto obligadas a fondear en la bahía de Chesapeake o a ser redirigidas a otros puertos, lo que ha afectado el comercio en la región. El puerto de Baltimore es uno de los tres en la Costa Este preparados para recibir a los mayores cargueros, transportando productos como carbón, contenedores, acero, pulpa y automóviles.
En 2023, se espera que se manejen 52,3 millones de toneladas de carga extranjera por un valor de 80.000 millones de dólares, incluyendo la exportación e importación de vehículos por empresas como Volkswagen, GM, Stellantis, Toyota, Nissan y Volvo. Baltimore es reconocido como el principal puerto de automóviles de Estados Unidos, además de encargarse del transporte de maquinaria pesada para explotaciones agrarias y construcción.
El puerto emplea a 15.300 personas y depende de otras 140.000, por lo que la suspensión del tráfico marítimo ha sido calificada como “catastrófica” por el sindicato de estibadores locales. La autopista interestatal 695 se ha visto afectada, con desvíos para camiones que transportan materiales peligrosos. Se espera que las autoridades trabajen en soluciones rápidas para restablecer el tráfico marítimo y minimizar el impacto en la economía local y nacional.