LONDRES: Los líderes mundiales comienzan a reunirse en Londres el sábado (17 de septiembre) para el funeral de la reina Isabel II, donde los príncipes William y Harry encabezarán una vigilia por sus nietos en su ataúd.
La muerte de la Reina el pasado 8 de septiembre, a los 96 años, tras 70 años en el trono, desató un aluvión de emociones.
Los valientes miembros del público esperan que en un momento se esperaba que ella alcanzara las 24 horas y las frías temperaturas nocturnas para ver su ataúd.
Las líneas se han desplazado por millas a lo largo del Támesis desde el miércoles, cuando su ataúd fue llevado al recinto del Parlamento británico para que se mantenga en buenas condiciones.
La policía está lanzando la operación de seguridad más grande de la historia de Gran Bretaña en un funeral el lunes, donde se espera que lleguen cientos de dignatarios, incluido el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. El vicepresidente chino, Wang Qishan, también asistirá al funeral, dijo el sábado el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
El sábado, el sucesor de la reina, el rey Carlos III, se reunirá con los primeros ministros de la Commonwealth of Nations, las 14 antiguas colonias que ahora gobierna, además de Gran Bretaña.
Desde Australia y Nueva Zelanda hasta Canadá, lo declararon oficialmente su nuevo rey.
Pero los movimientos republicanos están avanzando, y los esfuerzos por mantenerlos a todos en el redil real son probablemente una característica de su gobierno.
Charles terminó el viernes su primera gira como rey por cuatro países del Reino Unido con una visita a Gales, como parte de un proceso denominado “marea primaveral” para lanzarlo a su nuevo cargo.
Grandes multitudes en Cardiff corearon “Dios salve al Rey” mientras los simpatizantes se daban la mano después de un servicio multirreligioso en la Catedral de Llandaff y el Castillo de Cardiff.
Carlos se reunió con el primer ministro de Gales, Mark Drakeford, un republicano declarado, y hubo abucheos aislados en las calles después de que el nuevo rey se apresurara a proclamar a su hijo William como el nuevo Príncipe de Gales.
Pero Drakeford dijo que las preguntas sobre el futuro de la monarquía eran “una nota al pie de página de los sentimientos de la época”.
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