Girando fuera de control
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que “Afganistán se está saliendo de control” e instó a todas las partes a hacer más para proteger a los civiles.
“Este es el momento de detener la ofensiva. Este es el momento de iniciar negociaciones serias. Este es el momento de evitar una guerra civil prolongada o aislar a Afganistán”, dijo Guterres a periodistas en Nueva York.
Los residentes dijeron que muchas personas en la capital se abastecían de arroz y otros alimentos además de primeros auxilios. Los funcionarios dijeron que las solicitudes de visa en las embajadas ascendían a decenas de miles.
El primer vicepresidente afgano, Amrullah Saleh, después de una reunión de seguridad presidida por el presidente Ashraf Ghani, dijo que está orgulloso de las fuerzas armadas y que el gobierno hará todo lo que esté a su alcance para fortalecer la resistencia de los talibanes.
La explosión de los combates generó temores de una crisis de refugiados y un retroceso de los logros en materia de derechos humanos. Unos 400.000 civiles se han visto obligados a abandonar sus hogares este año, dijo un funcionario de la ONU, 250.000 de ellos desde mayo.
De las principales ciudades de Afganistán, el gobierno todavía controla Mazar-i-Sharif en el norte, Jalalabad, cerca de la frontera con Pakistán en el este, así como Kabul.
El ritmo de las ganancias de los talibanes llevó a acusaciones mutuas sobre la retirada de Estados Unidos, que se negoció el año pasado bajo la administración del predecesor republicano del presidente Joe Biden, Donald Trump.
Biden dijo esta semana que no se arrepiente de su decisión de continuar con la retirada. Tras señalar que Washington ha gastado más de un billón de dólares y perdido miles de tropas durante dos décadas, pidió al ejército y a los líderes afganos que intensifiquen la situación.
Las encuestas han demostrado que la mayoría de los estadounidenses apoyan la decisión de Biden, pero los republicanos han criticado el manejo del presidente demócrata de la retirada de Estados Unidos.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, calificó la situación en Afganistán como un “desastre”, pero dijo que no era demasiado tarde para evitar que los talibanes invadan la capital proporcionando apoyo aéreo y de otro tipo a las fuerzas afganas.
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