Yangon: Una organización benéfica médica internacional advirtió el miércoles (9 de junio) sobre las consecuencias “potencialmente mortales” para miles de pacientes con VIH y tuberculosis en Myanmar después de que la junta militar ordenó detener el trabajo en una ciudad del sur.
Médicos Sin Fronteras – ampliamente conocido por sus siglas en francés MSF – ha recibido una carta de las autoridades regionales “pidiéndonos que suspendamos todas las actividades” en el sureste de Dawei, donde ha brindado atención para el VIH durante más de dos décadas.
“La suspensión de las actividades de MSF podría amenazar la vida de muchos de nuestros pacientes en un momento en que los servicios públicos siguen estando gravemente interrumpidos”, dijo en un comunicado a la AFP.
Casi todos los hospitales públicos permanecen cerrados tras el golpe de Estado del país en febrero, en el que muchos médicos se unieron a una huelga civil masiva, dejando al sistema de salud incapacitado para funcionar.
MSF agregó que se había puesto en contacto con las autoridades para “comprender” la decisión, que, según dijo, afectaría a 2.162 personas que viven con el VIH y reciben tratamiento antirretroviral en la ciudad.
La organización benéfica también advirtió sobre el riesgo de una mayor transmisión de enfermedades, incluida la tuberculosis, ya que ha estado trabajando para llenar los vacíos en el vacilante programa de control de la tuberculosis del país desde febrero.
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La organización agregó que Médicos sin Fronteras había pedido a las autoridades de Dawei, la ciudad natal del líder de la junta, Min Aung Hlaing, que revirtieran la decisión.
Myanmar ha sido un caos y su economía se ha paralizado desde que los militares derrocaron al gobierno civil de Aung San Suu Kyi en un golpe de estado el 1 de febrero.
Dawi ha sido testigo de protestas casi a diario desde el golpe y de brutales represiones por parte de las fuerzas de seguridad.
Un grupo de monitoreo local dijo que más de 800 personas han muerto en todo el país desde febrero.
La Cruz Roja dijo el martes que estaba intensificando urgentemente sus esfuerzos para satisfacer las necesidades humanitarias de 236.000 personas en Myanmar, que ya se estaba recuperando de la pandemia de COVID-19 antes del golpe.
El anuncio se produjo después de que el presidente de la organización benéfica, Peter Maurer, tuviera una reunión poco común con Min Aung Hlaing la semana pasada y pidiera un mayor acceso humanitario al país.
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