Infección por Bartonella quintana: enfermedad transmitida por piojos, alerta en Nueva York
La infección por Bartonella quintana, una enfermedad transmitida por el piojo del cuerpo humano, ha generado preocupación en la ciudad de Nueva York. Dos casos fueron reportados en lo que va de 2022, ambos pertenecientes a personas sin hogar que lamentablemente fallecieron.
A raíz de estos casos, se llevó a cabo una vigilancia activa retrospectiva y se identificaron cuatro casos adicionales entre enero de 2020 y diciembre de 2022. Esta situación revela la gravedad de la enfermedad y la necesidad de una mayor atención por parte de las autoridades de salud.
La falta de vivienda se ha identificado como un factor de riesgo importante. Las personas sin hogar tienen un acceso limitado a instalaciones de higiene, lo que aumenta la posibilidad de contagio de esta infección. Además, se han documentado problemas de salud mental o uso de sustancias entre los pacientes sin hogar, lo que dificulta aún más su capacidad para buscar atención médica.
Las complicaciones de la enfermedad pueden ser graves e incluso mortales. Las personas infectadas pueden requerir hospitalización, sufrir endocarditis del lado izquierdo, insuficiencia renal e incluso llegar a la muerte. Es por esta razón que es de vital importancia aumentar el diagnóstico y tratamiento de estas afecciones de salud conductual en personas sin hogar.
Uno de los principales desafíos en el diagnóstico es la baja tasa de búsqueda de atención médica por parte de las personas sin hogar. Además, esta infección puede ser difícil de diagnosticar en el laboratorio debido a la reactividad cruzada con otras especies de Bartonella.
La relevancia de considerar el estado de vivienda al identificar a pacientes en riesgo no debe subestimarse. Se recomienda llevar a cabo pruebas de detección en pacientes con antecedentes de falta de vivienda y fiebres prolongadas sin causa conocida.
En cuanto a los síntomas de la infección, se destacan la fiebre, el dolor de cabeza y el dolor de huesos. Sin embargo, en casos más graves, pueden presentarse manifestaciones como bacteriemia crónica, angiomatosis bacilar y endocarditis infecciosa.
Una vez diagnosticada la infección, el tratamiento con terapia antimicrobiana suele requerir semanas o incluso meses. Es fundamental que se brinde un mayor apoyo para el diagnóstico y tratamiento de estas afecciones en personas sin hogar.
En conclusión, la infección por Bartonella quintana se ha convertido en un problema de salud pública en Nueva York, especialmente entre las personas sin hogar. Es necesario mejorar la atención y el seguimiento de estos casos, así como aumentar el diagnóstico y tratamiento de las afecciones de salud conductual en esta población desfavorecida.
