Usar un helicóptero para recoger un misil que cae es una tarea tan compleja que Peter Beck lo comparó con un “ballet hipersónico”.
Rocket Lab, la compañía que fundó Beck, logró parcialmente esa hazaña el martes mientras presiona para que sus pequeños cohetes electrónicos sean reutilizables. Pero después de atrapar brevemente el misil gastado, la tripulación del helicóptero se vio obligada a soltarlo nuevamente por razones de seguridad y se sumergió en el Océano Pacífico, donde fue recogido por un bote que esperaba.
La compañía con sede en California lanza regularmente cohetes de 18 metros (59 pies) desde la remota península de Mahia en Nueva Zelanda para enviar satélites al espacio.
El martes, el cohete Electron se lanzó por la mañana y puso en órbita 34 satélites antes de que la sección de refuerzo principal comenzara a caer a la Tierra. Su descenso fue frenado a unos 10 metros (33 pies) por segundo por un paracaídas.
Fue entonces cuando la tripulación del helicóptero entró en acción, colgando en una larga fila con un gancho debajo del helicóptero para bloquear las líneas del techo de la grúa. La tripulación recogió el misil, pero la carga útil del helicóptero excedió los estándares de las pruebas y simulaciones, por lo que lo abandonaron nuevamente.
El vórtice de emoción se registró en la transmisión en vivo del evento, con personas en el centro de control vitoreando y aplaudiendo cuando se capturó el misil, solo para dejar escapar un suspiro colectivo unos 20 segundos después.
Sin embargo, Beck elogió la misión como un éxito y dijo que casi todo salió según lo planeado y que el problema de carga inesperado fue un pequeño detalle que pronto se solucionaría, “nada en el esquema de las cosas”.
“Tuvieron una gran captura. No les gustó la sensación de estar embarazadas”, dijo Beck sobre la tripulación del helicóptero en una conferencia telefónica posterior al lanzamiento.
Dijo que un análisis detallado debería revelar las razones de la discrepancia en las características de la carga útil. Dijo que todavía esperaba que la compañía pudiera salvar parte o la totalidad del misil gastado, a pesar de estar sumergido en el agua salada que esperaban evitar.
Rocket Lab ha llamado a su última tarea “There And Back Again”, una referencia a la trilogía de la película “El Hobbit” que se filmó en Nueva Zelanda.
La compañía describió la breve toma de control en el aire a 1.980 metros (6.500 pies) por parte de un helicóptero Sikorsky S-92 como un hito. Dice que hacer que sus misiles sean reutilizables permitirá a la compañía aumentar la cantidad de lanzamientos que realiza y reducir los costos.
La empresa de Elon Musk, SpaceX, diseñó el primer cohete orbital reutilizableHalcón 9.
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